miércoles, 13 de mayo de 2015

Aldaba
(Del ár. hisp. aḍḍabba, y este del ár. clás. ḍabbah; literalmente 'lagarta', por su forma, en origen semejante a la de este reptil).
1. f. Pieza de hierro o bronce que se pone a las puertas para llamar golpeando con ella.
2. f. Pieza, ordinariamente de hierro y de varias hechuras, fija en la pared para atar de ella una caballería.
3. f. Barreta de metal o travesaño de madera con que se aseguran, después de cerrados, los postigos o puertas.

Esta es la definición que nos da el DRAE. Pero de la que aquí me voy a ocupar es de la primera, la del típico llamador que se acostumbra a ver en las puertas de algunas viviendas.

La wikipedia nos cuenta:

Una aldaba es una pieza articulada de metal situada en las puertas exteriores de las casas y que sirve para llamar a sus ocupantes por medio de golpes en la puerta..
Las primeras aldabas en la Edad Media consistían en martillitos suspendidos de las hojas de las puertas por la parte exterior. La forma más típica y más antigua es la de argolla o aro, de hierro en las más antiguas, generalmente unida a una cabeza de bronce. Se golpeaba con ellas sobre una cabeza de clavo bastante gorda. Estas aldabas servían además como tiradores y en las puertas de algunas iglesias eran un signo de asilo que se requería asiéndose de dicha anilla.
De tan antigua costumbre habla San Gregorio de Tours. Dicha cabeza era de león o de grifo o de quimera. De león eran, por ejemplo, las de los llamadores de la portada de la catedral de Puy-en-Vélay del siglo XI y otra del siglo XIII de la puerta occidental de la catedral de Noyón. Esta clase de llamadores se destinaron especialmente a las puertas de las iglesias, sin duda porque así lo pedía la tradición del derecho de asilo.
La forma de martillo se usó más en las casas particulares. Los más antiguos eran sencillísimos y estaban adornados con grabados a buril. Del siglo XV, existen muchos ejemplares de hierro forjado entre los cuales los hay preciosos, delicadamente forjados y cincelados, y con escudo heráldico pintado de los colores correspondientes. Con el paso del tiempo estas aldabas cayeron algo en desuso y sólo se conservaron para las puertas de las habitaciones rurales. Se sabe que en las puertas de los castillos hubo aldabas sin duda no adheridas más que a las hojas de las poternas sin puente levadizo o a las puertas de las murallas exteriores.
En España se conservan todavía muchas puertas de iglesias y de casas señoriales con notabilísimos ejemplos de aldabas y aldabones, muchos de ellos de gran valor artístico. La forma más antigua y también más usual fue la de argolla suspendida bien de una anilla o bien de una cabeza de león o grifo que se destaca en el centro de una placa circular o en el vértice de un cono cuya base está sobre la puerta. La argolla suele estar facetada de cuatro caras adornadas con labor lineal grabada que se repite generalmente en el disco. Se descubre en todos los caracteres de estos aldabones una influencia del arte árabe.
Siendo también una de las mas comunes y mas moderna la de la mano sujetando una bola.

Hago colección (fotográfica) de ellas y no hay ciudad, pueblo, barrio por el que me mueva del que no me "acapare" de algunas de ellas.
Os iré dejando por aquí algunas de las que me he encontrado y el lugar donde las he captado.
Un saludo

AGUILAR DE CAMPOO









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